Yo le dí para adelante. Jugué, peleé, luché, entregué mil cosas a cambio de un poco de tranquilidad. De silencio para mí. Necesitaba sentirme egoísta, necesitaba que la gente entendiera que eso pretendía. Siempre fui de pensar en que todo lo que hiciera le podría hacer mal al de al lado. Pero llego un punto en mi vida en que comprendí que no podía vivir por ellos, como si yo fuera lo que ellos quisiera que fuera. Cuando miraba a los ojos de esos extraños hablandome y recomendandome qué hacer y cómo hacerlo bien, solo podia sentirme perdida entre mil palabras que nunca encontraban sentido.
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